5 errores comunes al elegir proveedor de software y cómo evitarlos

Elegir un proveedor de software adecuado es una de las decisiones más críticas en un proyecto tecnológico. He visto empresas perder meses —y miles de dólares— por decisiones apresuradas, falta de análisis o simplemente por no hacer las preguntas correctas a tiempo. Desde mi experiencia acompañando procesos de evaluación y contratación, puedo confirmar que muchos tropiezos son evitables si se identifican las señales a tiempo.

Contratar un proveedor de software no es simplemente elegir quién va a escribir el código, sino seleccionar a un socio estratégico que tendrá un impacto directo en el éxito o fracaso del proyecto. No importa si se trata de un desarrollo pequeño o de una solución crítica para el negocio: el proveedor adecuado marca la diferencia.

A lo largo de los años, he detectado que ciertos errores se repiten con frecuencia, incluso en empresas experimentadas. Aquí te comparto los 5 errores más comunes al elegir proveedor de software y, lo más importante, cómo evitarlos.

 

Error 1: Elegir solo por precio

 

Este es, por lejos, el error más frecuente. Muchas veces, las empresas optan por la propuesta más económica sin analizar lo que hay detrás de esa cifra. Un precio bajo puede significar muchas cosas:

  • Menor experiencia del equipo.

  • Uso de tecnologías obsoletas o poco seguras.

  • Falta de soporte o mantenimiento incluido.

  • Subcontratación de recursos poco calificados.

Lo barato, muchas veces, sale caro. Elegir por precio puede generar problemas a largo plazo, como retrabajos, sistemas poco escalables o falta de soporte ante errores críticos.

¿Cómo evitarlo?
Evalúa el costo total de propiedad del proyecto, no solo el valor inicial. Pregunta por licencias, infraestructura, mantenimiento y actualizaciones futuras. Asegúrate de que el presupuesto sea claro, detallado y transparente. Y sobre todo, prioriza la calidad sobre el precio.

 

Error 2: No validar experiencia previa

 

Una web profesional o una buena presentación comercial no garantizan que un proveedor tenga experiencia real en proyectos como el tuyo. He conocido empresas con un portafolio impecable que, en realidad, nunca habían trabajado en entornos similares al que el cliente necesitaba.

¿Cómo evitarlo?
Siempre pide casos de éxito concretos. Solicita referencias verificables y, si es posible, habla directamente con otros clientes. También revisa si el proveedor ha trabajado en proyectos que requieran la misma complejidad técnica, integración con terceros o escalabilidad a futuro.

No te conformes con ejemplos genéricos; busca evidencia real de que saben resolver los retos que tu proyecto plantea.

 

Error 3: No definir claramente el alcance

 

Un contrato sin un alcance bien definido es una receta segura para conflictos. Me he encontrado con situaciones en las que proveedor y cliente tenían visiones totalmente diferentes de lo que estaba incluido en el proyecto.

¿El resultado? Cambios constantes, sobrecostos, retrasos e insatisfacción mutua.

¿Cómo evitarlo?
Invierte el tiempo necesario en documentar requerimientos. Define funcionalidades, flujos, límites y entregables con el mayor detalle posible. Utiliza documentos funcionales o historias de usuario para que no haya dudas.

Y recuerda: si no está por escrito, no existe. Evita los acuerdos verbales o supuestos.

 

Error 4: No revisar el equipo real de trabajo

 

Otro error frecuente es asumir que el equipo que presenta el proveedor en las reuniones será el mismo que ejecutará el proyecto. En algunas ocasiones, he visto propuestas lideradas por directores o consultores senior, pero luego el trabajo operativo recae en personal junior o subcontratado.

¿Cómo evitarlo?
Solicita el perfil real del equipo: desarrolladores, arquitectos, project managers, testers. Pide que detallen quién hará qué. Pregunta si el equipo es interno o subcontratado y exige claridad sobre quién se hará responsable de los resultados.

Un equipo con experiencia comprobable siempre es preferible a un grupo improvisado.

 

Error 5: No prever mantenimiento ni soporte

 

Muchos contratos se enfocan únicamente en el desarrollo, sin prever qué sucederá después del lanzamiento. Esto se vuelve un problema cuando aparece el primer bug o cuando necesitas ajustes menores.

He visto empresas quedar “atrapadas” con proveedores que desaparecen después de entregar el producto, dejando a los equipos internos sin apoyo.

¿Cómo evitarlo?
Incluye cláusulas claras de mantenimiento desde el inicio. Define tiempos de respuesta ante incidencias, alcance del soporte postproducción y costos asociados. Es mejor dejar todo por escrito que enfrentar sorpresas más adelante.